El irlandés
- Año: 2019
- Guionista: Steven Zaillian
- Producción: TriBeCa Productions / STX Entertainment / Sikelia Productions
Después de ver El irlandés estuve varios días inquieto pensando en qué sucedía, en términos estructurales, en la película. En principio, como sucede muchas veces con las películas de Scorsese, la trama aparecía como una larga sucesión de hechos anecdóticos en la vida de un personaje con escasa organicidad dramática.
Desde este punto de vista, una interpretación posible sería esa: la película no tiene una estructura demasiado sólida, sino que sigue el hilo conductor de la vida de un personaje que tiene una participación alta (si bien con casi nula motivación propia) en una serie de anécdotas de la historia reciente de Estados Unidos.
Tomando en consideración la importancia que toma el asesinato de Jimmy Hoffa en la segunda mitad de la película, y en las últimas escenas en las que Frank es interrogado años después del hecho, cabe hacer un segundo análisis tomando a este hecho como el asunto central de la trama.
Analizar la estructura narrativa de El irlandés tomando como eje de la misma el asesinato de Jimmy Hoffa tiene un peligro, que es el de considerar a la trama de Hoffa como la principal, y al resto de la película (que es mucha película) como simples tramas secundarias, introducciones o segmentos de poco peso estructural. Desde esta perspectiva, los primeros cuarenta y cinco minutos de la película, en los que Hoffa ni siquiera aparece, no serían más que una subtrama.
Por otro lado, existe un peso dramático en las relaciones entre ciertos personajes que no corresponden únicamente a su rol en esa trama: la amistad entre Frank y Russell es la más significativa de estas relaciones. No se trata de un soporte al asesinato de Hoffa ni de una subtrama, y por momentos la complejidad de la relación opaca al resto de las tramas en su totalidad.
Teniendo todas estas cosas en cuentas llegué a la interpretación de la estructura de El irlandés como una superposición de tres tramas de igual jerarquía, que encuentran su clímax en el mismo episodio dramático. Diagramado, podría resumirse de la siguiente manera:
Las tres tramas serían: por un lado, la de la amistad entre Frank y Russell; por otro lado, la de la amistad entre Frank y Hoffa (que no presenta una estructura clásica); y por último, la de Hoffa mismo y su relación con la mafia.
La primera de estas tramas sucede, en principio, sin competencia por tiempo en pantalla de ninguna de las otras tres. Frank conoce a Russell, entra en la organización criminal, la traiciona, y Russell lo defiende, salvando su vida. A partir de esa defensa y del valor de la misma, marcado de forma explícita por el personaje de Angelo Bruno (Harvey Keitel), el vínculo entre Frank y Russell cambia de naturaleza, y se convierte en uno de fidelidad incondicional del primero hacia el segundo. La resolución de esta trama queda en suspenso hasta el desarrollo de las siguientes dos.
Las dos tramas que continúan la película transcurren en paralelo y se alimentan mutuamente. Por un lado, desde un estructura no clásica (a menos que exista y no haya podido detectarla), se trata del crecimiento de la relación entre Frank y Jimmy Hoffa. Esta trama, y esta relación, tiene la misma jerarquía que la de la amistad entre Frank y Russell, personaje que resulta ser casi un extremo opuesto a Hoffa. Sobre el final de esta trama, en un paralelismo con la defensa de Russell ante Angelo, Jimmy Hoffa entrega un premio a la trayectoria a Frank a pesar de sus problemas personales con la mafia para asistir al evento, poniendo de relieve el nivel al que ha llegado su amistad.
Por otro lado, existe la trama de la relación entre Hoffa y la mafia, que termina articulando a las otras dos (las amistades). Hoffa entra en conflicto con la mafia a partir de su apoyo al líder opositor a él, y a partir de ahí la situación escala en una serie de intentos y fracasos de arreglar sus problemas. Una vez que se anula la posibilidad de resolver este conflicto, las tres tramas encuentran su punto de unión.
Russell le ordena a Frank el asesinato de Hoffa, activando el mecanismo de la fidelidad incondicional adquirida en su trama privada, que sobrepasa al de la amistad más humana y menos deudora establecida entre Frank y Hoffa mismo, terminándola para siempre. Este asesinato, además, resuelve la trama de Hoffa con la mafia. Es decir, las tres tramas encuentran su clímax en un mismo episodio, y es acá donde la efectividad de la estructura muestra su brillo. En una secuencia de catorce minutos de una precisión absoluta, las tres tramas se condensan, unifican y completan en un solo hecho, explotando en carga dramática muy por encima de lo que cada trama de forma independiente generaría en el mismo.
Lo que queda, en mi interpretación, es una larga secuela de reflexión sobre lo que ese hecho condensó y significó para el protagonista, pero no aporta elementos estructurales a la trama.
El irlandés es un ejemplo excelente del uso de tramas múltiples por fuera de la obviedad de los relatos corales y del clasicismo de la división jerárquica entre tramas.